A muchos les extrañará que haga una entrada sobre estas cosas en mi blog, viendo como es uno de claro carácter deportivo-periodístico, pero es lo que me pide el cuerpo tras el inicio de año que he vivido (por cierto, con esto no pretendo ni tener vuestra compasión ni buscar la lágrima fácil, simplemente lo hago como forma de desahogarme). Para mí el año 2008 que ha empezado no se ha mostrado con un espíritu de bonanzas y buenos augurios precisamente. Es más, el inicio del año que he tenido no se lo desearía a ninguno de mis enemigos, tantos a los de carácter periodístico futuro como a los actuales de otros tipos...
Uno de los "asuntos" que me han afectado pertenece a una persona a la que conozco de hace poco pero que me ha calado mucho en los pocos meses que lleva en mi vida. Como es un tema personal de esa persona, no soy quien para hablar de ello en un sitio público como éste. Además, esa persona ya sabe todo lo que pienso y siento sobre ese asunto y que me tendrá para todo lo que necesite, pero ha sido un asunto que me ha afectado en gran medida.
Sin embargo, hay otra cosa que ha ocurrido en mi vida que ha sido como un terremoto en mis sentimientos. El asunto tampoco ha sido de directa participación, pero por las personas que son a mí me afecta igual que a ellas. Para los que no sepan la historia se la cuento y para quien la sepa les doy una nueva forma de sentir el tema.
Este pasado viernes 11, a mi amiga Alba le tocó iniciar una nueva vida lejos de su Plasencia natal. Ella y su madre hacían las maletas y se dirigieron a Marina D'Or (Oropesa del Mar, Castellón) donde a Loren, la madre de Alba, le espera un puesto de trabajo bueno para poder vivir de forma decente después de lo que han tenido que pasar las dos. Esto no sería nada más allá de lo normal si no fuera por lo que significan para mí estas dos personas. Apenas las conozco de hace un año (Alba y yo nos conocimos el día de Nochebuena del año pasado), pero entraron con bastante fuerza en mi vida según las iban conociendo a las dos. Empezaré por Loren, la madre. Una persona que siempre tenía abiertas las puertas de su casa para los amigos de Alba en general y, sobre todo, para mí en esta última época con tantos problemas personales para ella en vez de cerrarse en banda como pudiera haber hecho con razón.
Bueno, y qué decir de Alba. Una chica que desde el primer momento de conocernos se mostró muy cercana y amable conmigo. Aunque nos conocimos en las Navidades pasadas, no fue hasta la Semana Santa posterior cuando empezamos la relación de amistad que mantenemos hoy. Desde entonces ya estuvo atenta a mí en un tema que me dio algún quebradero de cabeza (y del que me arrepiento haber sufrido por ello), y a partir de ahí formaros una amistad próxima maravillosa. De ello, algunos quisieron sacar un supuesto enamoramiento mío, pero con ella nunca busqué algo más allá de esa amistad (aunque a la chica le acompaña una belleza tanto física como "visual", todo sea dicho). Sin embargo, fue a raíz del problema que ha generado en este cambio de vida lo que más nos unió. Desde que tuve conocimiento de él le di todo mi ánimo y estuve a su lado, y más cuando ciertas personas le dieron la espalda en el peor momento posible. Gracias a esto último cogí fuerzas para hacer algo que tenía/debía/quería hacer tiempo atrás.
Es esto último lo que más coraje me da junto a su despedida, porque ahora con su marcha noto un vacío tanto sentimentalmente (aunque la amistad puede más que la distancia) como físico-socialmente. No lo sabe, pero a día de hoy ella significa bastante más de lo que se imagina o de lo que me yo esperara. Últimamente me ha dado sin que ella lo supiera fuerzas y ánimos para encarar esta nueva vida que poco a poco quiero empezar (como bien dije en mi presentación del blog), por ello es que me sienta tan apenado y que haya tenido que escribir esta entrada.
Ahora que ya no tengo prácticamente ningún nudo que me ate con mi pasado me toca replantearme mi futuro, porque los pocos nudos que me unen al pasado parecen que no quieren/pueden darme la fuerza que ahora necesitaría. Por ello tengo que empezar a poner los cimientos de lo que será mi nueva y futura vida, en la que probablemente no haya nada ni nadie de mi pasado. Y espero que el futuro más cercano no me de otros golpes de este tipo o de otro peor porque no sabría cómo reaccionar. Vamos, que si mi vida sigue por este camino, que paren el tren que yo me bajo...
Y ahora, a serenarse y afrontar lo que viene. Como universitario que soy me toca en Enero-Febrero pasar por el trago de los exámenes. Por cierto, a alguno de mis protagonistas en pasadas o próximas entradas yo les haría pasar por el trago que tenemos que vivir los estudiantes por esta época, para que les despejara la mente de las tonterías que dicen o hacen. Y es por esto que durante una época no tendré mi blog tan actualizado como quisiera, aunque iré poniendo cosillas sobre temas que tengo ya en mente (proclamación del Premio Concordia 2007, la nueva temporada de Fórmula 1, novedades y rarezas sobre el baloncesto...). Al menos, este espacio servirá para ver como evoluciona mi vida y mis aficiones. Y eso me vendrá bien para estar con la mente ocupada.
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2 comentarios:
Así es como escribe un maestro. No tengo palabras, amigo.
Únicamente decirte que mejores días vendrán, ya lo verás.
Un saludo y pa'lante. Siempre hacia adelante, resuelto, caminando contra la tormenta de arena. Como digo yo.
Gracias amigo por tus siempre sinceros comentarios. Es cierto eso de caminar contra la tormenta de arena, pero por fortuna siempre hay gente que te tapa para que no te moleste demasiado la tormenta. A ver si nos encontramos en marzo por aquí o allí (Plasencia-Madrid, indistintamente)
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